Aunque uno este
enfermo, hay que procurar vivir como una persona sana. Al fin y al cabo, lo
único que nos diferencia de las sanas, son algunas limitaciones, y esas también
las tienen los más fuertes. Sólo que son de otra clase.
Abunda la gente que
se pasa la vida pendiente de su cuerpo.
Hay personas sanas que viven como enfermos. No viven la alegría de la
vida, viven en el sufrimiento. Todos sus pensamientos giran en torno a la
enfermedad, los médicos, las medicinas y la muerte. Enfermos imaginarios.
Y yo creo que esas
personas tan pesimistas son muy poco solidarias con aquellas que padecen
enfermedades graves y limitaciones insuperables. Y hasta se creen enfermos con
una especial sensibilidad al dolor de la enfermedad. Y poco les importan
aquellas otras personas sin esperanzas y a las que el destino ha puesto fecha
de vencimiento para su coraje y sufrimiento,
Las urgencias de los hospitales están llenas
de hipocondríacos robándoles la atención médica a los enfermos graves. Quizás
ello sea debido al desconociendo de la ciencia médica y el miedo obsesivo a la
enfermedad y sus consecuencias ¿Por qué temer lo inevitable? ¿Por qué empezar a
sufrir antes que llegue el momento?
Y es tan grande la
obsesión de muchos hipocondríacos que se hacen buenos clientes de charlatanes y
curanderos, de esos que hacen el milagro de curar enfermedades inexistentes.
Esas que solo existen en la mente de algunas personas.
Cuando conocí al que
luego sería mi amigo Tadeo, llevaba veinte años sin salir de su casa porque
decía que en cuanto saliese le podía ocurrir alguna desgracia. Por
circunstancias de la vida, hubo que
forzarlo a que saliese a la calle, y, ¡misterio de la naturaleza!, unas horas
después moría sin tener ninguna enfermedad grave.
Y es que nada se
puede dar por seguro, por extraña que parezca una cosa ¡Es tan grande el
misterio que encierra la mente humana! Una buena disposición de ánimo puede
mejorar un estado de salud, como también el miedo y la sugestión pueden
matarnos.
Tienes razón, besos.
ResponderEliminarHola Disancor, pobre hombre, tan convencido estaba que se cumplió lo de morirse si salía a la calle. Ufffffffffffff, es espantoso vivir así pensando en que te pasan todas las enfemedades habidas y por haber.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo fuerteeeeeeeeee
Suscribo tus palabras. Tengo conocidos que se pasan la vida en urgencias y no tienen nada. También conozco esas personas que tan bien describes sanas pero que siempre tienen motivos para estar amargándose. Pero la mente humana es un misterio. Y desde luego lo psíquico influtye sobre el físico y viceversa. Somos una unidad física y mental.
ResponderEliminarBss
Lo que pensamos lo atraemos, nunca mejor dicho. Creo que los hipocondríacos sufren de una terrible soledad y la palian así, es la única manera que tienen de darse a notar. Luego siempre viene quien abusa del más débil. Hay que vivir la vida como un regalo y sintiéndose sano, aunque tengamos goterillas.
ResponderEliminarMuchos besos Disan.
Y sin embargo, es tan grande el misterio de la mente humana que nuestra vida esta condicionada por la pura sugestión del pensamiento. Más veces negativo que positivo.
ResponderEliminarAmapola Azzul, un beso.
El pobre hombre, tuvo que morirse para que la gente comprendiera que su enfermedad era grave, aunque aparentemente no se le notase nada importante.
ResponderEliminarEs forzoso creer que de la que pasa en nuestra cabeza no lo sabemos todo, o muy poco.
Isa, un abrazo.
ResponderEliminarHay personas que solo saben hablar de enfermedades y sufrimientos. Estoy de acuerdo en que quien no tenga penas que las espere, pero, !diablos! empecemos a sufrir cuando llegue el momento y no antes. La verdad que hay muchos pesimistas y enfermos imaginarios.
Katy Sánchez, un beso.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que nuestra salud y nuestra felicidad depende mucho de la aptitud que tengamos frente a la vida.. No creo que eso de "piensa mal y acertarás" sea una buena fórmula para enfrentarse al día a día y resolver con alegría y optimismo los muchos problemas que nos esperan. Pero no queramos sufrirlos hasta que no llegue el momento.
ion-laos, un beso.
Una vez subido a tu otro blog tu inconmensurable artículo sobre la salud y los hipocondríacos, quiero extrapolar este colectivo con otro que lo forman aquellos que se quejan de lo mal que se vive en España sin ver ni de cerca cómo se malvive en otros países del mundo.
ResponderEliminarUn cordial abrazo compañero.
Creo que no deberíamos de ser tan vanidosos ni quejarnos tanto, unos somos optimistas en exceso y otros pesimistas hasta en las cosas más felices. Dicen que la virtud esta en el término medio, y sin embargo, es muy difícil acertar con ese equilibrio. Debemos aceptar la realidad de la vida, pero luchando siempre por mejorarla. Y lo que este de pasar, pasará.
ResponderEliminarCada vez más encantado con tu blog homenaje. Gracias.
Juan Conejo López, un abrazo.
Etoy de acuerdo contigo, la obsesion y el miedo, matan el ánimo de seguir adelante, la mente es un misterio.
ResponderEliminarLa queja en sí, de la forma que sea es una enfermedad, la llamo la endermedad del "YO", porque no permite pensar en lo que nos rodea, cuando uno está lleno del "YO" no hay cabida para nada más, esa enfermedad es nacida del egoísmo y el hambre de atención.
Ese sentimiento enfermizo y negativo, no es bueno para nadie.
Muy bueno tu artículo, gracias.
Un abrazo.
Ambar
"Nadie muere de sus enfermedades, sino de sus remedios" (Moliere, en el enfermo imaginario)
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Está demostrado que es así, la actitud de la mente fuerza nuestro destino, para bien o para mal.
ResponderEliminarEspero que estés bien.
Un abrazo y un beso.