miércoles, 24 de marzo de 2010

DON BENITO. Antes y despuès

En la foto de arriba, pozo y barbechos de la Fuente de los Barros, tierras ocupadas hoy por una prolongación de la calle Zalamea. Foto de abajo.


UNA PAUSA-

Este año pasaré Semana Santa en Galicia. Es una parte de nuestro país que no conozco, y, la verdad, me gustaría conocer. He visitado todas las Comunidades más o menos veces, y es justo que visite la que me queda.
Voy en autobús, en un viaje organizado. Me gustan estas excursiones porque esta todo preparado, desde viaje, hoteles, comidas y hasta visitas, algunas con guía.
Para mí, aunque vaya en silla de ruedas, no es tan complicado como parece. Con poca ayuda me las apaño muy bien, además siempre hay personas dispuestas a dar un empujoncito.
El recorrido será de Mérida a Santiago de Compostela, desde donde visitaremos toda la Comunidad Gallega. El regreso lo haremos por Portugal, visitando algunas de las ciudades más importantes.
Así, pues, hasta el martes, día 6 de Abril, estoy de vacaciones, y empiezan ya, en este mismo momento. Un abrazo y el deseo que tengáis unos felices días de Semana Santa.

martes, 23 de marzo de 2010

AUTÒMATAS DEL DESTINO

Hay caminos que se recorren una sola vez en la vida, y quedan nuestras huellas. Otros que se andan a diario, y no queda nada, además, apenas nos hemos fijado en las pisadas que otros han dejado. Caminamos indiferente a lo que acontece a nuestro alrededor. Sentimos sin ver, vemos sin sentir. Autómatas del destino, soldados guardianes de la soledad, esa soledad que poco a poco nos va devorando por dentro, que nos va quedando huérfanos de ilusiones, ánimos y deseos. Se sigue respirando, pero ya sin vida. Las oportunidades ya no se buscan, se dejan pasar. Es la decadencia de la vida, el ocaso del pensamiento, en el que sólo ha quedado melancolía y tristeza. Se hace muy cuesta arriba continuar caminando, vamos pisando espina, las flores hace mucho tiempo que se marchitaron. Y aunque el sol sigue saliendo cada día, sus rayos no calientan ni su luz ilumina el sendero. Es la desesperación la que va ganando la batalla, y hemos de dar la guerra por perdida. Por la mente desfilan batallones de pensamientos, pero no son los que han ganado la guerra, son los que la han perdido. Es el ejército derrotado que contempla el campo de batalla donde han sido vencidos. Es el ser humano desesperado y acorralado, sin esperanzas, con la fe perdida en el destino, con los restos de cenizas de los días gloriosos que una vez fueron. Con la vista puesta en la lejanía de los tiempos, contemplamos la decadente trayectoria de nuestros pensamientos. El recuerdo es el sendero por donde damos los últimos pasos, y salimos de escena.

Mi mente es un caos, y como en un caos se mueven mis pensamientos, sin orden, sin lógica, sin coherencia. Si estoy loco no lo he notado, más bien creo que vivo en el surrealismo de la vida.

lunes, 22 de marzo de 2010

FALLOS DE MEMORIAS

Tengo una mente muy ejercitada, y sin embargo, me cuesta mucho aprender cosas nuevas y recordarlas mucho tiempo. Mi caso es aprender y olvidar. Me pasa con el manejo de aparatos, que cada vez que los uso tengo que aprender de nuevo su funcionamiento. Con las palabras, de pronto, en un momento dado, se me borra por completo su significado. Con las personas, de cuando en cuando me olvido el nombre y la cara que durante años he conocido. ¿ Son síntomas de algún trastorno de memoria? No lo creo, más bien la presencia de la vejez, de las neuronas muertas. Contra lo que se dice, pienso que a las personas mayores nos cuesta mucho adquirir conocimientos nuevos, podemos seguir poniendo en práctica, con muy buenos resultados, todo lo aprendido a lo largo de la vida, mejorarlos con la meditación, reflexionar sobre detalles, perfeccionar viejas teorías, pero sin embarcarse en nuevas aventuras. Nada es imposible, aunque no fácil. A pesar de mi razonamiento, he de admitir que me asustan bastante los fallos de memorias, las lagunas y olvidos. Es muy desagradable encontrarse de pronto con la mente en blanco, y en una conversación, por ejemplo, no encontrar palabras para seguir hablando. También me da mucho miedo decir tonterías sin ser consciente que las digo. O que se escape algún inconveniente escribiendo. Y la verdad que se comente muchos fallos si se vive temiéndolos.

En estas cosas soy nuevo porque es la primera vez que soy viejo, y no quisiera opinar mucho de temas que no conozco. Antes me pasaba sólo con la memoria cercana, ahora, en la lejana los recuerdos no los veo tan nítidos, empiezan como a difuminarse. Espero, no obstante, que pase mucho tiempo antes que deje de ver mi cara en el espejo.

domingo, 21 de marzo de 2010

JUEGOS

El juego es uno de los vicios más difíciles de controlar, y aunque esta opinión es válida para cualquier clase de juegos, siempre hay unos que enganchan más otros. Hablaré sólo de juegos de pobres, que son los que conozco. El juego es vicio cuando interviene el dinero, pasatiempo cuando no interviene. Pero como hay muchos listos dispuestos a complicarnos la vida y a entretenernos, se han montado toda clases de negocios, algunos tomados como ejemplos de las timbas de loterías del estado. No hay que ser muy listos para darse cuenta que a la gente se le sacar mejor el dinero con el juego que con impuestos. Y para que no decaiga el negocio, con algunos ardiles se mantiene y se aumenta la clientela de fieles viciosos. Cuando la cosa se desmadra, al vicio se le pone el nombre de ludopatía y se le busca un tratamiento médico. Y todos satisfechos. Hasta los fabricantes, distribuidores e instadotes de artilugios y máquinas tragaperras se sienten muy tranquilos, pues, no en balde tienen como socio al papá estado, al que pagan su participación en impuestos. Y los problemas personales y familiares se arreglan enviando al ludópata al psicólogo. En tanto se van autorizando más juegos si así lo piden los industriales, empresarios y miembros de generosas asociaciones. Parece que cualquier proyecto puede salir adelante si se relaciona con el juego.
Se me olvidaban los Bingos, que dependiendo del sitio, son de ricos o de pobres, pero aditivos en todos los casos. Tampoco hay que olvidar los juegos de cartas. Las únicas partidas inofensivas son las que juegan los jubilados en el hogar del pensionista.
Muchas personas se han hecho ricas por un golpe de fortuna, pero otros muchos se han arruinado por un revés de la suerte.
Sin embargo, reconozcamos que algunas personas de no ser por el juego nunca hubieran visto tanto dinero junto, sin embargo, ¡ cuantos habrán caído por el camino!

sábado, 20 de marzo de 2010

AUTO STOP


Había una forma de viajar muy barata, pero para no tener prisas. Era el auto stop. Podías hacer cientos de kilómetros, con suerte, en horas; sin suerte, en días. Y eso que en aquellos tiempos los conductores paraban y te montaban, y hasta se alegraban por llevar un compañero de viaje con el que ir conversando. Para esto, los profesionales del volante. Conocías gente, personas maravillosas con las que compartías alguna historias y puede que alguna copa, Entonces, la gente no teníamos tan mala uva como ahora, y eso que éramos confiados. No se iba tanto con segundas intenciones. Lo peor del auto stop era que aguantabas horas en una carretera y pasaban pocos coches. Sí, había muy pocos coches y muchas veces iban lleno.
Yo he hecho muchos kilómetros dándole al dedo, y, la verdad, siempre tuve suerte, puede que me vieran cara de buena persona. Tenía la costumbre de colocarme en gasolineras, bares de carretera y cualquier otro sitio donde fuese fácil identificarme en caso de necesidad. En ocasiones se veía uno obligado a aceptar cualquier medio de locomoción, incluidos carros. Tampoco faltaban las distancias a pie entre pueblos y pueblos. Las carreteras eran muy malas, las nacionales casi iguales que los caminos de hoy. ´
Recuerdo que una vez tarde casi cuatro días en hacer 400 kilómetros y en unos 20 vehículos distintos, y además, de todas clases, y para poner la guinda, accidente incluido, afortunadamente, sin consecuencias.
A pesar de todos los inconvenientes, yo disfrutaba haciendo auto stop. Era una buena forma de relacionarme, y así conocí a mucha gente maravillosa.

viernes, 19 de marzo de 2010

DON BENITO. Antes y después

Calle Alcollarín. Donde antes hubo chabolas, hoy hay edificios y en la calle coches. Los recuerdos de la foto de arriba no se reconocen en la foto de abajo.

jueves, 18 de marzo de 2010

PEDERASTIA

Mientras más lo pienso menos entiendo algunos comportamientos humanos. En algunos casos, para justificarlos, hablan de trastornos mentales, problemas psicológicos, de personalidad o cualquier otra cosa que vaya bien para camuflar el vicio y la bajeza moral de la persona. En este momento se me viene a la mente algo tan repugnante y desagradable como la pederastia. Ejercida, muchas veces, por personas bien preparadas y formadas, y hasta, responsables de la educación de los niños, y a los que convierten en victimas inocentes. Se aprovechan de la confianza y autoridad que tienen sobre ellos, para someterlos a los más depravados y asquerosos abusos. Imágenes de la inocencia convertidas en negocio para el comercio de bajos instintos. No me cabe en la cabeza, mucho menos, que se trate, en ocasiones, de dar alguna explicación. No tienen esas gentuzas perdón, y las condenas deberían de ser por asesinato, sí, por asesinato de la confianza y la inocencia.
Hasta que extremos esta llegando el ser humano? Es que estamos todos locos? Ni siquiera puedes fiarte de los profesionales de almas, de los cuidadores de la moral, de los predicadores de paz y justicia, de los que dicen que pueden enviarte al cielo o al infierno según como te portes. Es que ellos están exentos de castigo? O para ellos no es pecado abusar de un niño? O para ellos el pecado no es delito.
Escribo sobre pederastia empujado por noticias de estos días en la tele. Tal es la repugnancia que me produce, que no puedo evitar exaltarme un poco. Porqué los niños tienen que ser protagonistas de noticias tan desagradable?.

miércoles, 17 de marzo de 2010

CAMBIAR CON LOS TIEMPOS

Lo intento, vaya que si lo intento. Pero por mucho que me esfuerzo no consigo estar al día. Al día de los tiempos, de las costumbres, de las modas, de las palabras, del pensamiento…Fui educado en la represión más absoluta y nada tenía el mismo valor que tiene ahora. Ni la moral, ni el honor, ni la honra, ni la educación, ni el respeto, ni el principio de autoridad, ni el respeto a la vida, ni a los bienes ajenos, ni a la familia, ni el amor, ni la libertad, ni el dinero…Nada es igual, es el gran cambio de los tiempo. Y nosotros, los de otra época, estamos como perdido y desorientados tratando de seguir el ritmo que nos van marcando. Para los jóvenes chocan las costumbres vejas, y para los viejos las nuevas. No mezclan bien las generaciones. Sin embargo, es tal la voluntad y el deseo de acercamiento de muchos mayores, sobre todo, padres, que hacen hasta el ridículo queriendo imitar a los hijos en muchos de sus comportamientos. Se dicen amigos de sus hijos y de sus amigos, y en ese colegueo se resquebraja la autoridad paterna. Imitan a los jóvenes hablando, intentan vestir como ellos, y amar y separarse con el mismo desparpajo. Unas veces pasan
-desapercibidos y otras, yo diría, avergonzados o con el aguante puesto a pruebas.

Es muy difícil hacer bien la mezcla. Los viejos hacemos grandes esfuerzos para no quedar rezagados, pero la velocidad es mucha y nuestro esfuerzo inútil. Cada cosa tiene su momento y las personas su tiempo. En el pasado fuimos los reyes, es hora de dejar que reinen otros.

A mi me gusta estar con los jóvenes, charlando y departiendo con ellos, aunque tenga que hacer el esfuerzo de aproximar mi pensamiento a la forma de pensar de ellos. Hay un límite, todo es saber cuando has llegado.

¿Y si lo juventud se pega y empiezo a cumplir años para abajo? Es un consuelo pensarlo.

martes, 16 de marzo de 2010

PASO DE PEATONES CON AGUJERO

Desde la silla de ruedas.

Detalle insignificante el agujero al borde de la acera en el paso de peatones. Nada importante para quién camina sobre sus dos piernas, pero ¿y para la persona que va en silla de ruedas? Agujeros como este hay muchos y por todas partes. ¡Sería tan barato taparlos, además sin tener que hacer proyectos!

lunes, 15 de marzo de 2010

CAMBIAR A LAS PERSONAS

El pretender cambiar a una persona es amargar y amargarse la vida. Cada cual es como es y no como nos gustaría que fuera. Hay que aceptar a las personas como son, sin pretender cambiar nada. Sí nos gusta, tiene que gustarnos todo, y lo que no te guste, pues, a aguantarse, y si no puedes o no te interesa, mejor que no te metas a modificarlo y abandona. ¿Te has preguntado alguna vez si tienes cosas que no le gusten a los demás, y si estarías dispuesto a cambiarlas, y crees que lo conseguirías?

Es muy complicado y muy peligroso para las parejas, pues muchas se rompen si, pese a los esfuerzos, no se consiguen los cambios deseados. Es muy triste y lamentable cuando uno pide cambios y el otro se los prometes. Promesas hechas con mansedumbre, docilidad y buenos deseos, pero con la duda de poder cumplirlas. No somos un metal que se pueda moldear a capricho. Aunque no nos gusten cosas de la otra persona, nos decimos muy seguros que poquito a poco la iremos cambiando, y en muchos casos lo más que conseguimos, es que cambie de marca de gel de baño. Entonces, es mejor dar la batalla por perdida conformándose con lo que hay o perdiéndose de vista. Cualquier cosa, menos estar en guerra permanente, afeándose el uno al otro conductas y costumbres.

¿Me amas como yo a ti? ¡Vaya tontería! Te amo mucho, más o menos como tú a mí, con parecidos sentimientos, pero de distinta manera. Tú me amas con tus sentidos y tú corazón, que no siempre late al mismo ritmo que el mío. Por grande que sea nuestro amor, no siempre coinciden nuestros deseos, porque estamos en el mundo real y no en el de los sueños.

Tenemos que aceptar al ser humano sin hacerle muchas modificaciones. Aunque tengamos algunos defectos de fabricación, hay que reconocer que estamos muy bien hechos.

domingo, 14 de marzo de 2010

COMUNICACIÓN CON EL MÁS ALLÁ



Hasta a mí me gustaría verle el plumero el futuro, pero es tan recatado que no se deja. Y es que no somos de fiar, por tramposos. Sin saber el resultado, nos pasamos la vida jugando con ventajas. Quisiéremos ver, aunque sólo sea un poquito, de lo que nos espera mañana. Jugar la partida de la vida con las cartas marcadas, y así sería más fácil ganar, evitando el peligro de ser derrotados. Pero el futuro cuida mucho sus secretos, y nos deja hacer divirtiéndose con el juego. Ni alianzas con dioses ni con el diablo, parece que dan resultados seguros.

Hay multitud de intermediarios que se prestan al conjuro intentando convencer a los angustiados humano, que tienen línea y cobertura con los muertos. Algo es algo, se dicen los más incautos. Y los vivos intermediarios, para demostrar sus influencias, se ponen en comunicación con los, en paz descansen, difuntos. Si no lo consiguen después de algunos intentos, dicen que hay muchas interferencias o que, en ese momento, el muerto esta ocupado, que pague y que vuelva mañana. Y el vivo pasa al siguiente cliente de su irreverente negocio.

Dudar, dudo, pues a esos chiringuitos no sólo van los tontos, también van personas muy importantes e inteligentes, que antes probaron otros sistemas adivinatorios, con escasos resultados. No se dan por vencidos, son constantes y porfiones, y puede que algún día el destino les permita saber lo que son, pero sin soltar prenda de lo que serán otro día. Ellos, a pesar de los muchos fracasos, van a seguir buscando información entre la legión de videntes y trapaceros. Yo, en cambio, siempre me quedaré con la duda de cuanto hay de verdad y cuanto de mentira.

Y el pensamiento de todos: “Me quedaré con el número premiado de la lotería” Y la pregunta:”¿Por qué no se lo quedarán quienes lo saben?”

sábado, 13 de marzo de 2010

LA GUERRA CENSURADA

…y comenzó el desembarco con todos los tintes de una gran aventura. Partiendo muchas barcazas de la playa hacía el destructor fondeado a alguna distancia de tierra. Iban remando nativos de no sabíamos donde. Parecían, al principio, piratas dispuestos para el abordaje. Sin embargo, vimos que eran amigos, o por lo menos, eso decían, y nos fueron trasladando del barco hasta cerca de la playa, y de ahí hasta la arena, con el agua hasta el pecho y el fúsil en alto. Lo mismito que habíamos visto en muchas películas, con la diferencia que aquí éramos protagonistas, aunque desconocedores del lugar donde habíamos puesto los pies.

Todos ayudamos al desembarco de material de guerra y alimentos. Y en la relación que empezamos con los nativos, nos enteramos que eran moros y que habíamos llegado a Sidi Ifni. Para nosotros un lugar desconocido, aunque algo habíamos oído en el cuartel de una guerra o un conflicto. Sin embargo, a primera vista parecía un sitio tranquilo. Tranquilo y peligroso a un tiempo, y la confirmación la tuvimos días después con algunos muertos, señal inequívoca que la aventura había comenzado con final incierto.

viernes, 12 de marzo de 2010

DON BENITO. Antes y después

Cuando se hizo la foto era la Carretera de la estación, ahora es Avenida de la Constitución. Por donde circulaba un utilitario y sufrido Seat 600, expulsa agua una hermosa fuente. Es la diferencia de 35 años.

jueves, 11 de marzo de 2010

LA VEJEZ

EL DESCANSO.
Llegado a cierta edad, es alucinante a la velocidad que pasa el tiempo. Se confunden los días, los años, los acontecimientos y los recuerdos. Y no hay forma de detenerlo. Rápido e inexorable a cada momento adquiere más velocidad la cuesta abajo, sin paradas, sin marcha atrás, impertérrito e indiferente, devorando a su paso energía y belleza. Lo que ayer podías hacer, hoy ni lo intentes, donde ayer hubo belleza, hoy sólo hay arrugas y canas. Y no podemos engañarnos, para animarnos unos a otros decimos: “Te veo muy bien” y el otro contesta: ” Sí, pero sin entrar en detalles” Ahí esta el tiempo cargándonos de achaques y empeñado en sacarnos de la escena. Un día dejamos de cumplir años, porque nos encontramos con la tarea de cumplir con los años ¡Los últimos, pesan tanto!

miércoles, 10 de marzo de 2010

UN PERFIL RARO

No sé si seré un tipo raro, pero lo que si puedo asegurar que me siento muy a gusto consigo mismo. Siento un gran respeto por todos los seres humanos, y por los usos, las costumbres, las ideas y los pensamientos, tan respetables como los míos. Aunque mis comentarios parezcan burlas, no es así, los vierto con el mejor sentido del humor, y de la mejor forma que sé hacerlo. No obstante, pido disculpas anticipadas a todas aquellas personas que pudieran ofenderse.

Nunca en vida, he tenido un reloj, ni una pulsera, ni una cadena, ni una alianza, ni un anillo. Jamás he lucido adornos de ninguna clase, a excepción de unas sencillas gafas. Me gusta ir correctamente vestido desde que me levanto hasta que me acuesto, no hay miedo que reciba una visita en pijama. Me siento mejor con ropa usada, pero limpia, sin una mancha. Con colores azules, azules marino, verdes, grises y lisos, nunca colores para viejos. Corbata, sólo en casos especiales. Y el problema no es el dinero, siempre me ha gustado ganar el dinero y sentir el placer de gastarlo.

Visto mi perfil es impensable que yo me pueda sentar a comer en una mesa vestido de cualquier manera. Me siento molesto, aunque no digo ni pío, cuando como con personas en bañador, o que están descalzas, enseñando los pies o la barriga. Eso esta bien para un chiringuito de playa o una tortilla campera. Pero en casa, los alimentos bien se merecen un respeto. No es ponerse a tragar, es alimentarse disfrutando de la mesa y de la conversación o del silencio.

Tampoco me atrevería a andar por la calle en pantalones cortos, en bañador o en chándal. Quizás sea porque nunca me he sentido deportista o que no tengo unas piernas como para enseñarlas. En verano las calles están llenas de hombres feos enseñando los cuatro pelos de las torcidas patas, es una moda con tanto empuje que no hay que sorprenderse que un día hasta los curas digan misa en bañador.
Y en invierno nos encontramos personas barrigonas, echando los hígados en cada resoplido, enfundados en elegantes chándales. Es una prenda muy socorrida para deportistas y perdedores de peso. Parece que con sólo ponérsela han entrado en situación, y no hay que hacer más esfuerzo.

¿Son normales mis pensamientos? Yo mismo creo que me he quedado muy atrás en el tiempo, pero como no conozco otro como yo, me quedaré dándome todo mi apoyo.

martes, 9 de marzo de 2010

EL SIN TECHO



Plegarias al cielo, piropos a la luna. Lágrimas de esas nubes negras, que pasan corriendo, al tiempo que escupen como niños traviesos. Y en la noche negra miles de ojos vigilan desde el firmamento. El frío se hace más frío con el aliento del viento. La ciudad brilla como un espejo, un espejo mojado. A la luz de las farolas se ven caer perlitas blancas, como si la oscuridad se estuviera rompiendo. A lo lejos suena el motor de un coche, pasa mojando las aceras, y un bulto tirado en una puerta. Un bulto que se mueve entre cartones, y humanos ronquidos. Si algún transeúnte pasa, pocos a aquella hora, mira con recelo el bulto y rápido se aleja. Ve a un mendigo durmiendo, sin pensar en el ser humano, que sueña en la calle abrazado a sus problemas. Sin lágrimas que llorar, imponte ante las penas. Rechazados por la sociedad, juguetes del destino. ¿Con que soñará el humano mendigo? De que color serán sus sueños? Qué pensamientos moraran en su mente? Cual será su tragedia? Sin proyectos para mañana, todos sus bienes caben en una mochila.
Allá arriba, se asoma la luna entre nubes, orgullosa y altanera. Se le nota una sonrisa de superioridad o de pena, de sometimiento al destino o de amarga impotencia. En la puerta, suenan los cortones y emerge el hombre que dormía. Apenas es de día. Ha dejado de llover, ha aumentado el frío. La ciudad se van llenando de gente, moviéndose de prisa. Y el hombre con historia, pero sin futuro, se aleja cargado con su mochila y arrastrando los cartones que le sirvieron de cama y colchón esta última noche. Los dejará en algún contenedor. Buscará en el bolsillo una moneda, y si no la tiene, extenderá la mano a la caridad. Se tomará, en silencio y soledad, un café en un bar donde, tal vez, le tratarán de cualquier manera. Y volverá repetir el día de ayer partiendo de nada y caminando a cero. Nada tuvo ayer, nada tiene hoy, nada tendrá mañana. O quizás en otro tiempo y en otro lugar tuvo un hogar y una familia, pero ¿quién se acuerda de eso ahora?

miércoles, 3 de marzo de 2010

PROBLEMAS DE ACCESIBILIDAD




Vivo en el primer piso de un edificio de 40 viviendas, construido en los años de mediado de 1980. El umbral de la puerta de la calle mide de alto entre 20 y 25 centímetros, y una vez dentro del portal hay que salvar 4 escalones, se ha hecho una rampa, pero tan repentina, que no se puede bajar ni subir en silla de ruedas. Y por si todo esto fuera poco, nos encontramos con un ascensor viejo y anticuado una puerta dura y difícil de abrir, muy pequeño y con el piso desnivelado. Este es el panorama con el que tengo que luchar, como mínimo, dos o cuatro veces al día. Arrastro la silla de ruedas, me agarro a lo que puedo, me abrazo a los pasamanos, y con algunas caídas, me coloco en la calle o en casa. Y poco se puedo mejorar, es un construcción vieja.

No siempre los hechos ocurren así, y es justo reconocerlo haciendo justicia a los vecinos que me prestan ayuda. Y son todos los dispuestos a echarme una mano: hombres, mujeres, viejos, jóvenes, niños, inmigrantes de cualquier parte… Basta que me encuentren en el portal, para que dejen sus prisas poniéndose a mi servicio. Lo hacen con generosidad, con entrega, con naturalidad, con la solidaridad que nos debemos los seres humanos. Y yo doy las gracias por agradecimiento y cortesía, sin pretender pagar un servicio de tanto valor, que no tiene precio.

Llevo casi toda mi vida viviendo en comunidades de vecinos, y jamás hemos tenido problemas. ¿Suerte? Tal vez, sin embargo, creo que la convivencia se consigue siendo un poco transigente y un mucho solidario.

DESDE MI DESPACHO

Desde el ventanal de mi despacho puedo ver el parque que hay enfrente. Los niños correr con la alegría de sus juegos y la música de sus algarabías. Los jóvenes en animadas charlas, sin orden ni armonía. Las parejas de enamorados ajenos a lo que ocurre a su alrededor. Padres paseando niños en cochecitos. Ancianos sentados en algún banco. Pájaros que manchan el cielo saltando de árbol en árbol, avisando con los trinos de su presencia…Y muchas más cosas puedo ver, que no describo por miedo a estropear la escena, pues admito que soy mal retratista con palabras, además las sensaciones son para vivirlas, no para contarlas. Sin embargo,, no quiero pasar por alto la sonora bienvenida que desde las árboles le dan los pájaros al nuevo día, son miles y miles, los mismo que al atardecer despiden la jornada piando todos a un tiempo, en un hermoso concierto ofrecido por la naturaleza.
No me quejo, no puedo quejarme, a poco que me asome a la ventana tengo la vida y la naturaleza dentro de mí despacho.
Parece como si el destino quisiera compensarme por mí escasa movilidad, y me animara a seguir disfrutando de las pequeñas cosas del día a día.

DESDE MI DESPACHO

Desde el ventanal de mi despacho puedo ver el parque que hay enfrente. Los niños correr con la alegría de sus juegos y la música de sus algarabías. Los jóvenes en animadas charlas, sin orden ni armonía. Las parejas de enamorados ajenos a lo que ocurre a su alrededor. Padres paseando niños en cochecitos. Ancianos sentados en algún banco. Pájaros que manchan el cielo saltando de árbol en árbol, avisando con los trinos de su presencia…Y muchas más cosas puedo ver, que no describo por miedo a estropear la escena, pues admito que soy mal retratista con palabras, además las sensaciones son para vivirlas, no para contarlas. Sin embargo, no quiero pasar por alto la sonora bienvenida que desde las árboles le dan los pájaros al nuevo día, son miles y miles, los mismo que al atardecer despiden la jornada piando todos a un tiempo, en un hermoso concierto ofrecido por la naturaleza.
No me quejo, no puedo quejarme, a poco que me asome a la ventana tengo la vida y la naturaleza dentro de mí despacho.
Parece como si el destino quisiera compensarme por mí escasa movilidad, y me animara a seguir disfrutando de las pequeñas cosas del día a día.

martes, 2 de marzo de 2010

ELECTROSHOCK PARA LOS NERVIOS


En aquella sala para enfermos del sistema nervioso decían que no había cuerdos, estábamos todos locos y como a tales se nos trataba, ni siquiera los tratamientos diferirían mucho de unos a otros, ni las correas con que nos ataban a las camas.
Todo lo hacían para curar enfermos era raro, pero lo que más llamaba la atención era el electroshock y su forma de aplicarlo. Era llamativo e inhumano. Ataban al enfermo a la cama de pies y manos, les ponían en la boca una goma, se le echaban encima para sujetarle dos o tres personas y le aplican en las sienes un par de electrodos. Cuando le daban a la corriente el enfermo saltaba para arriba sacudido por la electricidad. La descarga duraba algunos segundos, y ya quedaba listo sin conocimiento, y sin memoria cuando recuperaba el conocimiento. Las primeras veces tardaba horas en volver la memoria, pero a medidas que se lo iban aplicando el tiempo de pérdida se iba reduciendo.
Una tarde ví como lloraba la mujer de un guardia civil al que se lo habían aplicado, y le preguntaba a la mujer quién era, al tiempo que él insistía que era soltero.
Todo esto se hacía en la sala, a la vista de más de 20 enfermos. El espectáculo era público para nosotros. El resultado, no sé, creo que nulo. A mi me lo pusieron 8 ó 10 veces, y no recuerdo que me beneficiará en nada. No hacían muchas distinciones entre enfermedades, bastaba con que te encontrarás ingresado en aquel lugar.
Esto pasaba en un Hospital Militar en el año 1959. Era el ejército, y no había más remedios que obedecer, procurando no pensar demasiado.

lunes, 1 de marzo de 2010

PUESTA DE SOL

Desde la silla de ruedas.

Todas las puestas de sol son tan parecidas. El mismo memento del día, parecidos tono en los mismos colores. Semejantes nubes en parecido cielo, igual línea del horizonte perdida allá a lo lejos ¿Pero qué tendrán que tanto nos impresionan, aun siendo tan iguales?