lunes, 7 de septiembre de 2009

RODEO DE GANADO.



Perdón por faltar a la cita durante el fin de semana. Viajo siempre que puedo, aunque nada cambie para mí. Continuemos.



Desde que tengo dificultades hasta para pasar las páginas de un libro, y en mi vida no pasa nada, escribo sobre vivencias remotas. Ya hace tiempo que deje de vivir para producir interesantes historias, por lo tanto, hay que conformarse con las que trae el recuerdo del naufragio del tiempo. Y aunque ya esta todo contado y escrito, me gusta repetir mis historias, las que yo he vivido y he conocido y que volaron para no retornar nunca más.
Hoy me ha venido a la memoria los Rodeos de Ganados. Aquellos rodeos de el tira y afloja, engaños y tratos con apretones de manos. Caballos, mulas, burros y un gitano con sombrero negro y vara larga, mirándole los dientes a un animal para averigua su edad. Al lado gitanos y tratantes, algunos con bastón y chambra negra, tratan de comprar una yunta de mulas a un matrimonio de ancianos, siendo la mujer la que discute, hace gestos y grita. A corta distancia la pareja de la guardia civil observa, su uniforme verde, sus correajes, sus pistolas y sus tricornios negros charol, destacan entre bestias y hombres de chambras y de sombreros negros, imponen respecto y seriedad a las transacciones. Algunos tratos se hacen o se cierra en la cantina donde corre el vino peleón, otros, teniendo como testigos a los propios animales que iban a cambiar de dueño. Y en otra parte del rodeo, tenía instalado el negocio el esquilador, que pelaba las bestias, estas esperaban pacientes su turno, ajenas al negocio, el cambio y al trapicheo.
Quién no vio aquellos rodeos no puede imaginar lo que eran. Todo se desarrollaba en un ambiente muy especial. Se creaba la atmósfera del negocio, la picaresca y el engaño. Muchos gitanos vivían, del trato de la compraventa de animales. Es inconcebible un rodeo sin gitanos, sin tratantes, sin civiles, ni burros. Si faltaba alguno de estos ingredientes, podía ser cualquier cosa menos un rodeo. O quizás se puedan sustituir los burros por coches, tal vez algún día...

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