sábado, 1 de agosto de 2009

LICENCIADO DEL EJERCITO.

Soldado de la guerra de SIDI IFNI. 1957-58.-
El Ejército tuvo conmigo el mismo comportamiento que tienen algunos empresarios de hoy, que aprovechan la enfermedad del obrero para comunicarle en el hospital la finalización del contrato. De la misma manera se me despidió a mi, y eso que yo, como voluntario en el Ejército, tenía la opción de renovar contrato, pero hasta eso se me negó, no sé si firme algo, si lo hice, se me engañó. Un día me comunicaron del Hospital Militar de Sevilla, donde estaba ingresado, que se veían obligados a darme el alta porque había sido licenciado. Así de simple. De nada sirvieron mis protestas, de nada mis entrevistas con mandos militares, mi problemas corrió de departamento en departamento, hasta terminar, sabe Dios, donde.
Ya licenciado, y antes mi situación de salud y abandono, y sobre todo, de mi insistencia, conseguí ser ingresado en el Hospital Militar, Gómez Ulla, de Madrid. Después de un año en este Centro, pedí el alta voluntaria, y acabó todo contacto con el Ejército.
En algunos momento muy apurados de mi vida me dirigí a Ministerios, Sindicatos, Delegaciones de cualquier cosas, etc., haciendo valer mi condición de enfermo de guerra, pero nunca, ni en ningún sitio me hicieron caso, aparte saludas y comunicados que decían: “su petición es aceptada y con la misma fecha es enviada a ...” para terminar con aquello que quedaba tan bonito: “cuya vida, Dios guarde muchos años” Entonces se les suplicaban cosas a los personajes importantes de la vida pública, no sé si perdura la costumbre, creo que hoy somos más de demandas, pleitos, juicios, contenciosos
Para terminar con el tema, diré que en los años 90, llevé a los tribunales, no recuerdo a quién, al Estado, al Ministerio de Defensa o al Ejército. Perdí el juicio, como era de esperar, en el fallo se hacía referencia a una ley de 1985, creo, según la cual se reconocían las enfermedades adquiridas en el Ejército, a las adquiridas con anterioridad no se les reconocían derechos de ninguna clase.
Para cerrar definitivamente la cuestión, me conformaría con un reconocimiento, y un comunicado, o lo que sea, que dijera: GRACIAS POR HABER SOBREVIVIDO SIN LA AYUDA DEL ESTADO.

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